Carneros

En el País Vasco a lo largo de la historia han existido diferentes modalidades de deportes rurales. Muchas de ellas siguen realizándose con mucho orgullo para el pueblo como: levantamiento de piedras, tala de troncos, arrastre de bueyes, etc. Sin embargo, hay otras modalidades como la lucha de carneros, que a pesar de estar prohibidas siguen realizándose a día de hoy.

La afición de los vascos por la lucha y por la competición les ha llevado a aprovechar el instinto de topar de los carneros para la organización de apuestas.

Estas peleas consisten en enfrentar a los carneros que se dan topetazos frontales con sus cuernos hasta que uno de los dos es vencido. El instinto primigenio de topar les empuja propinándose repetidos golpes con toda la fuerza que da la rápida carrera y el impulso inicial de las patas de atrás. Los espectadores realizan sus apuestas sobre su ganador y también sobre el número de topetazos que le bastarán para vencer. Si los carneros no se enfrentaran, serán los ganaderos quienes encararán a los dos animales para que continúen y ellos jamás se toparán si uno de ellos no estuviera preparado, es decir, que no se aprovecharán de la inferioridad del contrario.

Esta pieza coreográfica está inspirada en una de las modalidades del deporte rural vasco: el tope de machos ovinos. A partir del modo en que luchan dos ejemplares de esta especie, que se encaran, retroceden para impulsarse, bajan la cabeza, alzan sus cuernos y pelean, se propone una reflexión en torno a la diversión que genera esta afición.

Qué ocurriría si de pronto uno se convirtiera en carnero y sintiera la mirada de ese público inmerso en sus apuestas…

TITULO CARNEROS
ESPACIO Calle
DURACION 17´
CONCEPTO Y DIRECCION Natalia Monge
INTERPRETACION Pilar Andrés, Eneko Balerdi
CREACION Directora e intérpretes
MUSICA ORIGINAL Marc Cano
DISEÑO VESTUARIO Mayda Zabala
FOTOGRAFIA Bubu